No todos somos Iguales

Dicen por ahí que todos somos iguales, pero no, -no todos somos iguales- Lo que sí es cierto que todos nacemos porque DOS, -en un momento de calentura-, se dieron un revolcón. Se producen diferencias abismales entre nosotros porque en ese mágico momento las neuronas, que no quieren perderse el acontecimiento, se desplazan hasta el centro de operaciones dejando el control de nuestras decisiones en manos de un órgano incapaz de pensar por sí mismo.  Ocurre que cuando se acaba la magia del momento, parte de ellas se averían,  no consiguen encontrar su destino y aparecen por ahí, pero desorientadas. Este hecho determina, en buena medida, las diferencias físicas y mentales entre nosotros, lo que finalmente incidirá en la calidad de nuestro paso por este mundo. Para analizar esta situación, voy a comentar lo que está ocurriendo en la actualidad con dos afortunados personajes mediáticos que nacieron y crecieron con un físico envidiable: él con excelentes cualidades para destacar en el mundo del deporte, ella con una voz que encandila y ambos con una buena dosis de desparpajo y provistos con una futurista visión de los negocios. Se hicieron famosos y, en un momento determinado, unieron sus destinos. Tuvieron hijos y amasaron una considerable fortuna, sacando provecho de las cualidades y de las habilidades que la naturaleza les había regalado.                                                                                                                                           Todo fluía a la perfección, pero en un momento de sus vidas intuyeron que, debido al natural desgaste ocasionado por el implacable paso del tiempo, sus ingresos económicos podrían verse afectados. No estaban dispuestos a que esto ocurriera, de manera que sacando provecho de su fértil imaginación y teniendo en cuenta que el sistema ya había funcionado con otras parejas mediáticas de todos conocidas, decidieron reinventarse. Había que crear incertidumbre entre sus seguidores y dieron este comunicado: «hemos decidido separar nuestros destinos» -dijeron- sin embargo no lo hicieron de manera civilizada, sino para crear expectativa,  despellejandose mutuamente  escalonando la operación en dos fases totalmente diferenciadas, en busca de resultados inmediatos y consolidando posiciones, no solamente para mantener su estatus el resto de sus días, sino involucrando a su descendencia, que recibía una lección magistral que, aunque traumática, podría garantizar su futuro económico…

La primera fase ya está en marcha y los resultados no se han hecho esperar. Jamás una canción de desamor -consecuencia de la ruptura- había generado tanta expectativa y tantos ingresos económicos mientras él -con la escopeta cargada- está realizando los primeros movimientos tácticos, para que el negocio no decaiga. Estas maniobras harán posible que la recaudación se mantenga al máximo nivel durante un tiempo.                     La segunda fase del negocio se pondrá en marcha  cuando la gente deje de reaccionar a estos estímulos. Será necesario añadir más leña al fuego. Comunicarán a sus adictos que se van a reconciliar. Nos hemos equivocado -dirán- . La realidad es que nos queremos mucho y hemos decidido rehacer nuestras vidas. La noticia dejará perplejos de nuevo a una gran masa de individuos. No entenderán nada y necesitarán comprender, lo que permitirá que la caja se mantenga a un buen nivel, de forma que continuarán con su exquisito nivel de vida, a costa de los responsables de mantener  este mundo en un estado irracional. Todo es posible porque una cantidad ingente de individuos que no consiguen gestionar sus vidas adecuadamente, necesitan contenido para gestionar su aburrida existencia. Finalmente, el comportamiento sin sentido de esta marea de individuos tiene otras consecuencias a nivel global. No puedo comprender por qué millones de jóvenes -en la mejor edad de su vida- permanecen agazapados en los cuarteles con un fusil en la mano entrenándose para matar «al enemigo», en lugar de colaborar para mejorar las condiciones de vida en nuestras sociedades, mientras una cantidad ingente de «almas» adora a alguno de los miles de deidades que la mente humana ha creado, predicando que el que no cree en «su dios», merece morir y otros con una papeleta en la mano van votando sin criterio, hoy a la diestra, dentro de cuatro años a la siniestra, manteniendo a unos individuos que ganan quince veces más, que nos roban y que tienen acceso al jamón pata negra y al vinito de reserva, maravillas que nosotros solamente sabemos que  existen porque alguien nos lo ha contado Esta situación la conocen sobradamente unos cuantos, que finalmente se convierten en los grandes beneficiarios de mantener este gran circo. de manera que, a pesar de llevar el cartel de «Animales Racionales» no, ¡no todos somos iguales!…

El vie, 13 ene 2023 a las 11:07, jose maria mayoral subias (< jmayoralsubias@gmail.com>) escribió:

A VUELTAS CON LA EVOLUCIÓN   Si  te encuentras entre los lectores que piensan que es normal que haya gente, que cobrando su salario del trabajo que tu realizas gana quince veces más que tu, y además te roba; que haya individuos que no producen y que te ordenan lo que tienes que hacer; que existan entidades que presumen todos los años de obtener tantos millones de beneficios a tu costa; que algunos individuos nazcan con derecho a mandar y otros no; que otros hayan conseguido poseer unos bienes materiales suficientes para quitar el hambre a toda la humanidad, vendiendo parcelitas en el más allá y también te crees que por enseñarte unas cartas o a través de una bola de cristal va a solucionar tu vida, es que tienes un atasco mental de pronóstico reservado.                                                                                                                              Yo te recomendaría que te acercases a un establecimiento especializado, comprases un galón de desatascador para tuberías, sumergieras la cabeza en ese líquido y, al mismo tiempo intentases -no se de que manera-  frotarte el cerebro con papel de lija del número ocho para ver si eres capaz de retirar la cascarilla que tienes incrustada ahí adentro. Si, a pesar de este sofisticado elemento de choque el tratamiento no ha funcionado, sería conveniente mandarte de nuevo a la selva, junto con aquellos que agitan la bandera de su pueblo y a los que se comen las raciones de los demás, porque algo ha fallado en tu particular proceso de evolución…       JM Raskavich – 6ª Edic. (2.0) de ¿Por qué somos tan imbéciles? Pgs. 289/290

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